España reduce sus emisiones / La energía del desierto

España reduce sus emisiones 

El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha publicado recientemente los datos oficiales de las emisiones de gases de efecto invernadero en España en 2008. Ese año se produjo un descenso, respecto a 2007, del 7,7%, lo que sitúa el crecimiento en un 39,8% sobre 1990, que es el año base de contabilización en el Protocolo de Kioto.

Los datos oficiales estiman que la media de 2008-2012 (valor del compromiso del citado acuerdo) rondará el 34,45%, lo que significa casi un 20% sobre el máximo consentido a España (+15%) en el reparto de la UE de los acuerdos de Kioto. Ese casi 20% habrá que adquirirlo en toneladas de carbono equivalente.

La reducción registrada según el ministerio se debe, sobre todo, a una mejora de la intensidad energética, al incremento del uso de fuentes de energía renovable, a la disminución del uso del carbón y al precio de la tonelada de carbón en los mercados internacionales. En 2007, España alcanzó un máximo de emisiones, con un incremento del 51,4% respecto a 1990.

La energía del desierto.

DESERTEC nació como proyecto en 2003, auspiciado por el Club de Roma, pero se basa en conceptos de hace décadas. Uno de sus padres es el veterano físico alemán Gerhard Knies, co-fundador de la Cooperación Transmediterránea de Energía Renovable. Según los promotores de este proyecto, las plantas termosolares en los desiertos podrían proporcionar hasta el 17% de la energía de Europa en 2050. Esta energía “podría ser transportada mediante cables HVDC hasta Europa con una pérdida de transmisión de solamente el 10% al 15%”, explica Düren. “La tecnología ya existe”, continúa. De hecho, ya hay cables HVDC entre Noruega y los Países Bajos, por ejemplo.

“Lo que necesitamos es voluntad política, y que se entienda bien el potencial del proyecto”. Los costes, desde luego, son importantes, y la confianza de los inversores será una cuestión clave. Según las estimaciones de la DLR, habría que invertir unos 45.000 millones de euros hasta 2050 en la instalación de cables de HVDC interconectando el Norte de África, Oriente Medio y Europa. En España, Abengoa, empresa tecnológica española para el desarrollo sostenible, parece decidida a tomar la delantera. En la actualidad experimenta con varias plantas termosolares en territorio español y construirá la mayor del mundo, llamada Solana, en Fénix (Arizona, Estados Unidos). Esta planta “será capaz de alimentar 70.000 hogares y ahorrar alrededor de 400.000 toneladas métricas (Tm) de CO2”, según fuentes de la compañía.

(fuente Global talent)

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