Las precipitaciones en el año hidrometeorológico 2008-2009

El año hidrológico 2008-2009 ha resultado algo más seco de lo normal dado que el valor medio de la precipitación sobre España ha sido de 570 mm., lo que supone en torno a un 12% menos que el valor normal, con un déficit medio de precipitación de unos 80 mm. Este déficit se concentró principalmente en las regiones del centro y oeste peninsulares, mientras que en las regiones mediterráneas, con excepción de Cataluña y en parte de las cantábricas, el año ha sido en general húmedo a muy húmedo.

Si se considera con más detalle la distribución geográfica de las precipitaciones en el conjunto del año, se observa que ha resultado bastante seco en las regiones de la vertiente atlántica, en las que el déficit de precipitaciones ha oscilado en general entre el 25 % y el 40% del valor medio, llegando incluso a alcanzar valores ligeramente superiores al 50% en áreas del norte de Extremadura y del norte y oeste de Castilla la Mancha. Por el contrario en algunas zonas del norte de Galicia, así como en las regiones cantábricas, Navarra, la Rioja, Baleares, Murcia, Valencia, interior de Cataluña, sur y este de Andalucía y parte del archipiélago canario, las precipitaciones han alcanzado o superado sus valores medios, habiendo sido el año especialmente húmedo, con cantidades acumuladas que superan sus valores normales en más de un 50 %, en  Mallorca, algunas zonas del litoral valenciano y sur de Murcia, así como en las ciudades de Ceuta y Melilla.

Respecto a la distribución de las precipitaciones a lo largo del año, cabe destacar que en el período otoño-invernal, desde octubre hasta finales del mes de febrero, las precipitaciones medias totalizadas sobre España prácticamente alcanzaron su valor normal, de forma que incluso en amplias áreas de las vertientes cantábrica y mediterránea así como de la mitad sur de Andalucía, se había ido generando en estos meses un apreciable superávit de precipitaciones. Sin embargo a partir de finales de febrero se produjo un claro cambio de tendencia, de modo que la primavera resultó seca a muy seca en general, lo que vino acompañado además de unas temperaturas bastante más altas de lo normal. Estas características térmicas y pluviométricas se mantuvieron a lo largo de todo el verano, lo que hizo que se fuera generando en la segunda mitad del año hidrológico el déficit de precipitaciones medias a nivel nacional anteriormente indicado. En el mes de septiembre se ha mantenido la tendencia que se ha venido observando a lo largo del año, con precipitaciones abundantes en las regiones mediterráneas y parte oriental de las regiones cantábricas y relativamente escasas en el centro y oeste peninsular. 

Fuente AEMET

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