©UNESCO/As Safir
La educación y la reducción de riesgo ante los desastres
En el último decenio, los desastres han causado la muerte de casi un millón de personas y han provocado pérdidas económicas calculadas en más de 750 mil millones de dólares estadounidenses. Por desgracia, va en aumento el riesgo o la probabilidad de que sobrevengan catástrofes de ese tipo.
“Sobre esto nada podemos hacer, pero las repercusiones de los desastres en un país dependen de la capacidad de resistencia de su sociedad y de las medidas que se apliquen para responder a sus consecuencias. Sobre esos aspectos sí podemos trabajar”, afirma Matthew Stephensen del Equipo de trabajo sobre el papel de la UNESCO en situaciones posteriores a crisis o desastres (PCPD).
La UNESCO ha realizado múltiples actividades positivas en este campo y está dando respuesta a un número cada vez mayor de solicitudes formuladas por las unidades fuera de la Sede y los Ministerios de Ecuación, para participar en cursos de educación relativa a la reducción de riesgos de desastres. Por ejemplo, en Myanmar, tras el paso del ciclón Nargis, la UNESCO creó una carpeta didáctica sobre el tema dividida en siete secciones, que formó parte de la labor de capacitación que llevó a cabo con el Ministerio de Educación. Tras el tsunami ocurrido en el Océano Índico en 2004, la UNESCO elaboró un juego didáctico denominado “Disaster Master,”, que contribuye a preparar a los alumnos adolescentes para que puedan hacer frente a las catástrofes.
Como se puso de manifiesto recientemente durante el terremoto de Haití, los desastres naturales no sólo trastornan el desarrollo de un país, sino que son capaces de revertirlo de manera significativa. En la medida en que es posible evitar una catástrofe y atenuar sus repercusiones, la educación en materia de reducción de riesgos forma parte integral del desarrollo sostenible. Esa formación aborda todos los aspectos del ciclo de preparación contra los desastres, desde la respuesta temprana hasta la recuperación a largo plazo.
La UNESCO se ha comprometido a fortalecer la capacidad de resistencia de las comunidades y a fomentar la preparación contra los desastres y la prevención por medio de la educación, y está elaborando actualmente un documento conceptual para asegurarse de que la ampliación de sus esfuerzos en la materia se corresponde con la prioridad cada vez mayor que los países le otorgan, en consonancia con su mandato de promover oportunidades de aprendizaje de calidad para todos y apoyar el desarrollo sostenible de las sociedades.
During an Education Sector Seminar held in Paris on 20 July 2010, speakers explained how education can help reduce risk and increase communities’ ability to prepare for hazards and potential disasters and their aftermath. The seminar, which brought together experts on Disaster Risk Reduction (DRR) in education from UNESCO Paris, UNESCO Bangkok, and UNICEF. The seminar also addressed the role that UNESCO is positioned to play in this field of increasing importance.
UNESCO has had a number of successful interventions in this field and is responding to a growing volume of requests from field offices and Ministries of Education to engage in DRR education. In Myanmar after Cyclone Nargis, for example, UNESCO created a seven-module DRR Resource Pack that was integral to its capacity-building work with the Ministry of Education. Following the 2004 Indian Ocean tsunami, UNESCO designed “Disaster Master,” a disaster-preparedness board game for teenage students.
As demonstrated by the recent earthquake in Haiti, natural disasters not only disrupt development but can reverse a country’s development significantly. To the extent that disasters can be avoided and their impacts minimized, DRR in Education is an integral part of encouraging sustainable development. It addresses all aspects of the disaster risk cycle from preparedness to early response to long-term recovery. UNESCO is committed to building community resilience and to strengthening disaster preparedness and prevention through education, and is developing a strategy paper to ensure that the scaling up of its disaster risk reduction efforts meets this growing priority effectively, in line with its mandate to promote quality learning opportunities for all and to support the sustainable development of societies.