Se formaron inmediatamente después del 'big bang'.
Una imagen de la galaxia enana Fornax, donde se ha descubierto la estrella más antigua. Foto: EFE / ESO
Unos investigadores han detectado con el telescopio VLT, una de las joyas del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile, las estrellas más primitivas fuera de la Via Láctea, formadas justo después del big bang, hace unos 13.700 millones de años. "Después de décadas escondiéndose, han sido desenmascaradas finalmente", comenta el ESO en un comunicado.
Al margen de la magnitud de la cifra, el descubrimiento ha servido para resolver un importante enigma astrofísico. "En efecto, hemos encontrado un defecto en los métodos forenses usados hasta ahora", resume la investigadora Else Starkenburg, primera firmante del trabajo. "Nuestro enfoque ha permitido descubrir estrellas muy primitivas ocultas en medio de las demás estrellas comunes".
Pobres en metales
Las estrellas descubiertas son conocidas como "estrellas extremadamente pobres en metales" debido a la escasa presencia de materiales pesados, una milésima parte menos que nuestro Sol. En jerga astronómica, "metal" es todo lo que no es ni hidrógeno ni helio, los dos elementos primigenios que ya existían antes de que se formaran las estrellas. Se considera que si tienen pocos metales es justamente porque están poco evolucionadas, es decir, son muy antiguas.
Debido a esta particularidad, a la ausencia de metales, era prácticamente imposible detectarlas más allá de la Via Láctea (donde, por cierto, tampoco eran precisamente abundantes).
Los cosmólogos piensan que las grandes galaxias, como la Vía Láctea, se formaron de la fusión de galaxias más pequeñas. Las estrellas extremadamente pobres en metales en nuestra Vía Láctea debieron de estar ya presentes en las galaxias enanas a partir de las cuales se formó, por lo que poblaciones similares deberían estar presentes en otras galaxias enanas.
"Hasta ahora, esta evidencia había sido escasa --prosigue la coautora Giuseppina Battaglia--. Los análisis realizados en los últimos años siguen mostrando que la población de estrellas muy antiguas en la Vía Láctea no coincide con el de galaxias enanas, lo que no era esperable según los modelos cosmológicos".
Extraños espectros
La abundancia de elementos se mide a través de espectros, una especie de huella química dejada por las estrellas. Con el instrumento Flames del VLTR (Very Large Telescope), se midió el espectro de unas 2.000 estrellas gigantes en cuatro galaxias vecinas (Fornax, Sculptor, Sextans y Carina). "Debido a que estas galaxias enanas están normalmente a 300.000 años luz de distancia, equivalente a tres veces el tamaño de nuestra Vía Láctea, solo los rasgos intensos del espectro pueden ser medidos --subraya el ESO--. El equipo descubrió que ninguna de las muchas huellas químicas detectadas pertenecía a la clase de estrella que se estaba buscando".
Sin embargo, mediante el uso de simulaciones informáticas, los astrónomos del ESO encontraron que solo sutiles diferencias distinguen la huella química de una estrella normal pobre en metales de una extremadamente pobre. Por este motivo no daban con ellas.
Escasez de metales
“Entre las nuevas estrellas descubiertas, tres poseen una cantidad relativa de elementos químicos pesados que va desde 1/3.000 a 1/10.000 de lo observado en nuestro Sol, incluyendo el récord de la estrella más primitiva encontrada hasta ahora fuera de nuestra Vía Láctea”, concluye el astrónomo Martin Tafelmeyer. El ESO es una organización astronómica intergubernamental sufragada por 14 países europeos, entre ellos España.
(Antonio Madridejos - Barcelona -).